Los militantes fulani, responsables del ataque nocturno que provocó la muerte de 42 cristianos en el centro-norte de Nigeria, persisten en su ataque mortal, ignorando el toque de queda impuesto por el gobierno. Los testigos informaron que esta semana al menos 100 cristianos fueron asesinados en 16 aldeas del distrito de Mangu, estado de Plateau.
En este sentido, un sobreviviente, herido de bala, denunció que no contaba con armas para defenderse. Perdió a cinco miembros de su familia en el ataque, incluidos su esposa y su padre. Otra superviviente, que huyó junto con otros residentes, presenció la muerte de su marido, su suegro y sus cuatro hermanos, además de que le incendiaran su casa.
“No les hicimos nada, pero los fulani nos mataron a causa de nuestra fe. Los militares y la policía llegaron después de que los fulani terminaran el ataque y mataran a 27 personas de mi pueblo”, lamentó.
Según ICC, el jueves por la noche, militantes fulani atacaron otra comunidad vecina en Kiwi Village, matando al menos a 10 personas e incendiando casas. . Los testigos informaron que los ataques a la comunidad cristiana estaban bien planificados y tenían como objetivo expulsar a los cristianos de sus localidades. Muchos consideran que esto es una forma de Jihad o guerra santa islámica.
“Recibimos una advertencia previa, pero los funcionarios de seguridad se negaron a escucharnos. Vinieron después del ataque y se llevaron 10 cadáveres para enterrarlos”, dijo un miembro de la comunidad.
Al final, la ciudad estuvo bajo un toque de queda impuesto por el gobierno. Se sabe que toques de queda como este ponen a los residentes en peligro al impedir que los vigías busquen atacantes durante ciertas horas. El reciente gobernador del vecino estado de Kaduna, Nasir El-Rufai, se hizo famoso por imponer toques de queda estrictos y peligrosos a las comunidades cristianas que sufrían repetidos ataques.