David se liberó de la pornografía después de años de luchar por permanecer sexualmente puro. Creció asistiendo a la iglesia debido a la fe y devoción de su madre, la cual le dio el conocimiento del Evangelio desde temprana edad. Sin embargo, influenciado por sus compañeros, terminó cayendo en la trampa de la pornografía y luchando por salir de ella.
“Un día, estaba frente a mi computadora, pensando en hacer la tarea, cuando sentí la necesidad de ver pornografía. Había estado intentando dejar de fumar durante un tiempo y realmente no quería hacerlo en ese momento. Pensé: ‘Quiero estar ocupado, tengo cosas que hacer’. Y sabía lo mal que estaba, pero no pude resistirme, no pude superar este impulso”, dijo.
Entonces, ante esta lucha, David oró a Dios, pidiéndole que si podía liberarlo de esa adicción, entonces David nunca más dudaría de lo que Dios puede hacer. Vio esta adicción como un gigante que lo persiguió durante seis años. Dios respondió la oración de David y usó a su madre para hacerlo.
respuesta a la oración
“Me desperté y escuché un mensaje de voz de mi mamá, y ella no tenía conocimiento de lo que estaba pasando en ese momento. Pero ella dijo algo como: “No puedes hacer esto con tus propias fuerzas”. Durante mucho tiempo traté de hacer esto con mis propias fuerzas, y no fue hasta que oré que me di cuenta”, recuerda, según God TV .
Por eso, en ese momento fue cuando se dio cuenta de que estaba tratando de superar esta adicción solo, sin pedir ayuda a Dios. Añadió. Además, David se dio cuenta de que Dios es mucho más misericordioso de lo que pensaba inicialmente.
“No era alguien que estuviera enojado conmigo, avergonzado de mí o diciendo: ‘A menos que te limpies, no puedo ayudarte’. En realidad, venía y hacía lo imposible, liberándome. El es mi amigo. Cuando pienso en todo el juicio y la vergüenza que la gente puede haberme causado, creo que Jesús es la única persona a la que puedo acudir sin juzgarme”, dice.
Finalmente, hoy se cumplen más de tres años desde que Jesús liberó a David de su adicción a la pornografía. Da testimonio de la bondad y la misericordia de Dios.