El Disclosure and Barring Service (DBS), el organismo gubernamental del Reino Unido responsable de decidir si los adultos son aptos para trabajar con niños, no tomará medidas contra el capellán de la escuela, Bernard Randall, que fue despedido del Trent College en Derbyshire después de expresar a la Iglesia de La posición oficial de Inglaterra sobre el matrimonio y la sexualidad en un sermón.
Randall, de 51 años, fue absuelto por el programa antiterrorista del gobierno, Prevent, y la Agencia de Regulación Educativa. DBS es el tercer organismo que no toma ninguna medida, mientras que la Diócesis de Derby de la Iglesia de Inglaterra lo considera un “riesgo moderado para los niños” y los adultos vulnerables.
Según Christian Today, a pesar de haber sido autorizado por DBS, Prevent y la Agencia de Regulación de la Enseñanza, la Diócesis de Derby concluyó, luego de su propia investigación de salvaguardia, que Randall representa un “riesgo moderado para los niños” y los adultos vulnerables. El equipo de salvaguardia de la diócesis también consideró que la propia Iglesia era un “factor de riesgo”, y desde entonces a Randall no se le ha permitido oficiar en los servicios religiosos.
El capellán fue despedido después de predicar un sermón en el que expresó la posición oficial de la Iglesia de Inglaterra sobre el matrimonio y la sexualidad, además de expresar su preocupación por la formación impartida por la organización benéfica LGBT Educate and Celebrate en la escuela, en la que se animaba al personal a gritar “destruir”. heteronormatividad”.
DBS declaró que “no sería apropiado” incluir el nombre de Randall en la Lista de Niños Prohibidos. Randall expresó alivio por la decisión de la DBS, pero lamentó que la Diócesis de Derby lo haya incluido en la lista negra y haya etiquetado la propia enseñanza de la Iglesia como un “factor de riesgo”. Andrea Williams, del Centro Legal Cristiano, que apoya a Randall, criticó la postura de la Iglesia de Inglaterra, diciendo que la iglesia había “arrojado a uno de los suyos debajo del autobús”. Cuestionó quiénes son los verdaderos extremistas y los peligros para los niños, refiriéndose a los grupos que alientan a los niños a “aplastar la heteronormatividad”.