La escuela secundaria étnica de la ciudad de Yushu, ubicada en la región autónoma tibetana de Yushu, envió una carta a los padres de los estudiantes en septiembre. La carta confirma que la prohibición de involucrar a menores en actividades religiosas en China tiene como objetivo “educarlos a no creer en la religión”.
“Queridos padres, los menores son el futuro del país, la esperanza de la nación y la fuerza principal para hacer realidad el sueño chino de un gran rejuvenecimiento. Las disposiciones legales de adhesión al principio de separación de educación y religión son la encarnación específica de la implementación de la política educativa del Partido y la necesidad del crecimiento saludable de los menores”, comienza la carta.
Según Bitter Winter , se ha confirmado la autenticidad de la carta. Esta prohibición se aplica más estrictamente a los tibetanos y otras minorías étnicas. Más del 90% de los estudiantes son tibetanos. La carta enviada a los padres de la escuela secundaria étnica de la ciudad de Yushu sostiene que “educar a los menores para que no crean en la religión es una obligación para las escuelas y los padres”.
De esta manera, la carta cita varias leyes y reglamentos chinos, incluida la Constitución de la República Popular China, la Ley de Educación, la Ley de Protección de Menores y el Reglamento sobre Asuntos Religiosos. Destacando que la religión no debe interferir con la educación y que “nadie, especialmente los niños menores de 18 años, debe ser sometido a educación religiosa”.
“Evitar la presencia de creyentes”
“Debemos oponernos a cualquier organización o individuo que intente guiar, apoyar, permitir o tolerar que menores adoran y participan en actividades religiosas. Ninguna organización o individuo debe persuadir o inducir a los estudiantes a creer en la religión, y mucho menos participar en actividades que conduzcan a la presencia de creyentes en las escuelas”, dice la carta.
Además, la carta sostiene que impedir que los menores crean en la religión es esencial para garantizar que crezcan sanos y logren un futuro mejor. Señala que los menores se encuentran en una fase crítica de desarrollo físico y mental, siendo un período importante para la formación de su cosmovisión y valores.
Por tanto, carecen de la capacidad de pensar de forma independiente y tomar decisiones autónomas. La carta también destaca que algunos individuos intentan persuadir e incluso obligar a los menores a creer en la religión, lo que los hace vulnerables a actividades religiosas ilegales y pensamientos extremistas que afectan su salud física y mental y su futuro.
En última instancia, el enfoque de esta escuela genera preocupaciones sobre las restricciones a la libertad religiosa en China y la imposición de un sistema de creencias único. También indica que esta política se dirige principalmente a los tibetanos y otras minorías étnicas. Estas minorías se han enfrentado a una mayor presión por parte del gobierno chino con respecto a la religión y la cultura tibetanas.