Un esclavo en Pakistán encontró sanidad y redención después de ser evangelizado por un grupo de misioneros en un horno de ladrillos.
En este país, muchos cristianos se enfrentan a condiciones laborales inhumanas, atrapados en un ciclo de esclavitud en las fábricas de ladrillos.
Los propietarios se aprovechan de las comunidades cristianas vulnerables y ofrecen préstamos que terminan atrapando a las familias en un ciclo de deuda y trabajo forzoso.
Antes de la visita de los misioneros, se llegó a un acuerdo financiero con el dueño del horno para conceder a los esclavos un día de descanso. Durante este tiempo, los misioneros compartieron el mensaje del Evangelio y muchos respondieron con el deseo de seguir a Jesús.
En medio de las salvaciones, ocurrió un hecho extraordinario. Shahzad, un esclavo con una pierna rota después de no poder cumplir con su cuota diaria de producción de ladrillos, experimentó un milagro de curación.
Mientras los misioneros oraban por él, fueron testigos del movimiento de su pierna rota y finalmente Shahzad pudo ponerse de pie, declarándose completamente curado.
“Empezamos a ver esta pierna moverse y mi papá se inclina y me empuja. Y él dice: ‘¿Por qué no lo haces ponerse de pie?’, y en ese momento, miro hacia arriba y este hombre tiene lágrimas en los ojos. Estaba sonriendo, era como si Dios se moviera dentro de su cuerpo”, recordó el misionero.