A principios de 2024, la iglesia del Sinaí*, situada en el centro de China, sufrió varias persecuciones tras organizar un campamento de verano. La congregación recibió una multa de 95.000 yuanes, cantidad que no puede pagar debido a dificultades financieras.
“Cuando se descubrió el campamento, interrogaron a tres miembros de la iglesia para obtener información sobre otros cristianos”, explicó Li*, un socio local que visitó la iglesia. Una pequeña comunidad, formada por unos 60 miembros, ya había enfrentado presiones de las autoridades anteriormente.
“Al líder de la iglesia lo llamaban a menudo a tomar el té, una expresión idiomática que significa ser interrogado en la comisaría, debido a su conexión con otras iglesias. Es influyente en la región”, dijo Li para garantizar la seguridad del líder y de otros miembros, fue reubicado temporalmente.
Según Puertas Abiertas, a pesar de la ausencia del líder, la congregación se mantiene firme. “Estos hermanos y hermanas en la fe todavía buscan perseverar y permanecer unidos para enfrentar este incidente”, dijo Li. “Esperamos que a través de nuestra visita, vean el cuidado de Dios y sepan que no están solos. Pronto volverán a comparecer ante las autoridades para obtener más aclaraciones”.
*Nombres cambiados por seguridad.