Ariella Crouse, estudiante de segundo año de Carlisle High School en Iowa, tuvo un sueño que cambió su vida. Esa noche, antes de irse a dormir, clamó a Dios con desesperación, afirmando que se suicidaría a menos que Él le mostrara que era real. Aunque hacía años que no oraba, Ariella había asistido a la iglesia con su madre durante aproximadamente un año.
Según The Blaze , la iglesia enseñaba regularmente sobre temas como la homosexualidad y el transgénero, temas que Ariella había explorado después de años de inestabilidad emocional y terapia, así como la influencia de un ex profesor de arte de la escuela secundaria. En su relación con un satanista transgénero, ella se había alejado de la predicación que intentaba evitar.
Sin embargo, todo cambió después del sueño. Ariella soñó con dos campos opuestos: en uno estaba ella, rodeada de tierra estéril y un árbol muerto, mientras que en el otro estaba Dios, rodeado por lo que parecía ser el Jardín del Edén.
Dios le dijo que ella era perfecta tal como Él la creó y que no había nada malo en su cuerpo. Este sueño la empujó a terminar su relación y enfrentarse al rechazo y acoso de sus antiguos amigos. Después de dos semanas de intensa soledad, entregó su vida a Dios y fue bautizada.
“Él me dijo que era perfecta cuando me creó”, recordó Ariella como si hubiera sucedido ayer. “Dijo que no había nada malo en mi cuerpo y que Él me creó en el vientre de mi madre”.
Desde entonces, Ariella ha experimentado una profunda transformación, hablando abiertamente sobre su fe y enfrentando desafíos en su escuela, a la que ella llama una “zona de guerra”. Fue testigo de acontecimientos inquietantes en el distrito escolar, incluidos casos de relaciones sexuales con estudiantes, uso de comités de libros secretos y suspensiones de maestros por su orientación sexual. Ariella enfrenta acoso constante, pero encuentra fuerza en su fe.