El mes pasado, el grupo Whitestone Insights encuestó a 2.088 adultos en el Reino Unido y les preguntó si estaban de acuerdo con una declaración sobre la censura de textos interpretados como discurso de odio.
“A menos que se puedan eliminar las partes ofensivas, se debe prohibir la venta general de libros que contengan lo que algunos perciben como discurso de odio, incluidos, si es necesario, textos religiosos como la Biblia“, decía el comunicado.
Send0 así, el estudio reveló que casi una cuarta parte de los jóvenes británicos prohibirían la Biblia si consideraran que sus páginas contienen “discurso de odio”. Los jóvenes de entre 18 y 34 años eran los más propensos a estar de acuerdo con esta afirmación (23%), seguidos de los adultos de entre 35 y 54 años (17%). Los mayores de 55 años fueron los que menos estuvieron de acuerdo (13%).
Según The Christian Post, Lois McLatchie de Alliance Defending Freedom UK expresó su preocupación por los resultados. Citó el ejemplo de Finlandia, donde la ex ministra del Interior Päivi Räsänen fue recientemente absuelta de cargos de incitación al odio por segunda vez después de una batalla legal de cuatro años. Räsänen fue acusado de tuitear un versículo de la Biblia sobre el matrimonio y la sexualidad.
“Puede que ya no seamos una mayoría cristiana aquí en Gran Bretaña. Ésta es una razón más para proteger la libertad de expresión y de creencias para todos. Censurar un tipo de creencia porque no encaja con la ortodoxia dominante de nuestro tiempo no es mejor que hacer cumplir las anticuadas leyes sobre la blasfemia de la Edad Media”, dijo McLatchie.
Finalmente, destacó que bajo el gobierno conservador ya se han tomado medidas preocupantes hacia la censura, incluido el arresto de predicadores callejeros por citar la Biblia en público y procesamientos de activistas provida por orar en silencio en sus cabezas cerca de clínicas de aborto.